Como ayer fue el día de los Inocentes, algunos periódicos y medios de difusión colaron entre sus noticias alguna falsa.
Yo hay una noticia que leí que no tengo claro si es verdad o una inocentada por lo absurda que la encuentro...
Parece ser que en Gran Bretaña hay escuelas donde han prohibido el uso de la tinta roja para corregir por considerarlo "agresivo", "amenazante", "inapropiado" y "desmotivador" para los alumnos. ¿¿Pero hasta dónde vamos a llegar??
Aprovecho para invitarles a que comenten alguna inocentada que les hayan gastado o si han "pillado" algún bulo en los titulares de ayer...
No sé si es una inocentada, pero sí una gilipollez muy grande. Tiene pinta de no ser broma y de ser una palurdez más en esta España de palurdos irredimibles. Que yo sepa el boli de color llamativo se emplea para que destaque sobre la tinta negra o azul y no con intención educativa alguna. Mi jefe usa un color moradillo para joderme los informes y me desmotiva tanto como si usara el rojo.
ResponderEliminarMe estoy acordando de una mamarrachada semejante que hicieron en la URSS hace muchos años. Prohibieron el color rojo en los semáforos con el gilipollesco argumento de que "lo rojo no podía significar frenar o parar". Así les ha ido y les va a esta gente.
En el contexto de desatinos continuos de estos neo-comunistas de ZP en el campo de la educación, nada me extrañaría que lo del boli rojo haya sido una idea del mismo lumbreras que se inventó la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
No me extraña nada que los chavalines españoles terminen bachillerato pareciendo subnormales.
Neri, hombre, no te ciegues y lee con calma: me parece que sigues demasiados blogs y por eso a veces se te escapan cosas. Lo que dice Meletea es algo que, supuestamente, pasa en Gran Bretaña y hasta ahí no llegan las garras de ZP.
ResponderEliminarPor cierto, Meletea, felicidades por el blog. Prometo leerlo sin romper nada y portarme bien.
Saludos a ambos.
Ostras, Ignatus, es verdad que es en Gran Bretaña, me he colao. Aunque fijo que en el fondo también ha sido culpa de ZP, jejeje...
ResponderEliminarVolviendo al tema de las inocentadas periodísticas, recuerdo un par de ellas que publicó "El Norte de Castilla" en sendos años: la primera era que había aparecido un cocodrilo en el estanque del Campo Grande y la segunda que se había caído el Arco de Ladrillo. Ambas noticias venían con foto bien trucada de los "hechos" (cuando aún el photoshop estaba en pañales, si es que existía, lo que le daba más mérito). Pero recuerdo que en mi familia nadie se molestó en comprobarlo pese a lo cerca que nos quedaban ambos lugares... se ve que no nos lo creímos (o que yo era muy pequeño y no me dejaban salir sólo, porque pa'mi que lo del alligator sí me lo tragué)
ResponderEliminarNeri, Neri, ¡me andas un poco despistadete!, aunque yo también pienso que seguro que Zapatero ha tenido algo que ver en esto...
ResponderEliminarPues yo no recuerdo en especial ninguna inocentada de prensa y TV, pero sí puedo contar una inocentada típica antiguamente, consistía en abrir una nuez por su mitad, sin romper la cáscara, llenarla de ceniza, pegar el cascarón de nuevo y mezclarla con otras nueces. Es muy graciosa cuando alguien rompe la cáscara con casca-nueces, pero más aun si lo hacen con los dientes.
Ignatus, te las tragas todas.
ResponderEliminarEso de las nueces es muy gracioso, pero yo era mucho más gracioso de niño, porque el día de los inocentes cogía la cajetilla de tabaco de mi abuelo y ponía un petardo en un par de cigarrillos. Eran unos mini-petardos de plástico, con forma de alfiler y punta de pólvora, que supongo que ahora no se venden por incumplir la normativa comunitaria, pero yo me descojonaba con mi pobre abuelo cuando encendía el pitillo y le reventaba en la boca, sin causar daños eso sí. Era entrañable, oye.
Recuerdo una noticia que dieron en Antena 3 hace algunos años en la que salían imágenes de unos barcos enormes remolcando el Puente de la Cartuja de Sevilla hasta EEUU pues éstos lo habían comprado.
ResponderEliminarPero una broma buena que recuerdo sucedió hacia el año 2000. Estaba en una comida "campestre" en la Fuente del Sol en Valladolid con unos colegas. Sólo uno tenía móvil y otro de ellos un móvil "agenciaó" que usaba de forma muy rara para no gastar dinero: había inventado un código en forma de llamadas perdidas que sólo él conocía y que se empeñaba en hacernos conocer a los demás. El que sí tenía móvil propio, cuyo número no figuraba en la agenda del "agenciaó", se había pasado toda la mañana dándole llamadas perdidas en su código: 2, 4 , 1 y 2 más y cosas así. Al final, el del móvil propio, sentado a dos colegas de él de distancia, le llamó y puso voz de "rarito" para decirle cosas como "Hola guapo" y similar. A lo que es éste que, incomprensiblemente no se había coscado de nada respondió a voces y poniéndose de pie: "¡¡¡MARICÓN!!!"